Un libro me secuestra una tarde de otoño en l playa.
De repente, me quedo ciega y me sorprendes tapándome los ojos, justo después se oye un tierno: quién soy?
Sonrío, me giro, y antes de encontrar con mis ojos a los tuyos, tus labios encuentran a los míos en un torbellino de pasión que traducido a la tranquilidad de las olas, significa: Te quiero.
Con cada mirada, con cada caricia, me envenenas, y si no te beso, me muero. Y con cada salvación que me des yo te responderé, y declararé mi amor por ti por activa y por pasiva.
Pierdo el punto de mi lectura al abandonar las paginas de mi libro a merced del viento, mientras permito que me hagas prisionera de tus brazos. Revoloteamos en la arena e intentamos volar, nos creamos alas hechas de imaginación que nos dan para separarnos sólo medio metro del suelo, pero aún así podemos tocar las nubes con los dedos.
No te vayas, sigue envenenándome y queriéndome después, provoca que pierda mi punto en la lectura de mi vida, hazme tocar las nubes, sé mis alas,....
hazme volar.
